Ayer el señor verdulero, del que me avergüenza no saber su nombre, me respondió regalándome un racimo de perejil a la "oferta" de mi "demanda" de perejil. Me puso contento mas que la reducción del costo y el incremento, o mas bien estabilidad, de mi "caja" la acción concreta. Ya que la misma demuestra, mas allá de las imposición de ciertas reglas de relación social impuestas casi naturalmente, que nuestra capacidad de relacionarnos de manera cooperativa, solidaria y amorosa ya trasciende el temor de tener en riesgo nuestra propia vida al exponerla obligadamente a una competencia con hostilidad en aumento. Lo que no solo alienta sino que demuestra la necesaria necesidad de modificar en funcion de la salud humana y planetaria el actual sistema de organización social que impone naturalmente las reglas mas eficientes a nuestro estado de conciencia y estado espiritual al reflejar como un espejo.
aclaración: justamente el estado de conciencia predominante e impuesto es el del miedo propio de un estado social real de incapacidad de garantizar la vida de todos. Esta anécdota refleja un estado espiritual de amor y el comienzo del desarrollo de un este estado de conciencia que nos permite la reproducción consciente del mismo, obviamente no puede ser impuesto sino entendido y consensuado como beneficio para la totalidad de la existencia, superando la larga pero justa transición de una metamorfosis del mismo estado de conciencia reflejado por un estado de temor cada vez menor (pero de temor al fin) por un estado de conciencia que refleje el mismo amor con el que fue creado capaz de considerar y comprender todos los estados anteriores de temor como de mayor o menor grado de amor.
